Cinco factores a tener en cuenta para elegir tu bombilla LED

El ahorro, tanto en el hogar (que en Europa supone el 30% del consumo energético total), como en las empresas, es algo que se hace necesario en los tiempos que corren. Esto, sumado a que cada vez tomamos más conciencia ecológica, hace que optemos por tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, como la tecnología LED.
Que las bombillas LED tienen enormes ventajas frente a la iluminación tradicional no cabe duda, pero a la hora de elegir tu bombilla LED… ¿Sabes cuál es la que más te conviene? Son muchos los modelos y productos que podemos encontrar en el mercado actualmente, por lo que a veces, resulta complicado saber cuál es la bombilla perfecta para lo que realmente necesitamos. Para saber elegir la bombilla idonea, tienes que tener en cuenta, además de tus necesidades, la aplicación de la misma y fijarte en unos aspectos básicos tales como: el tipo de material de la propia bombilla, la potencia y el flujo luminoso, el ángulo de apertura de la luz, la temperatura de color y la instalación.

¿QUÉ TIPO DE BOMBILLA LED ELIJO?

En el momento de seleccionar una bombilla LED es muy importante a tener en cuenta el propio material del que esté realizada. Cuanta más densidad de material activo, más eficiente es. Que un LED emita más luz depende de la cantidad de este material activo, o sea, del material que convierte la electricidad en fotones. Las bombillas LED se diferencian también, entre otras cosas, por los LEDs que pueden contener: desde 3 (las más comunes para uso doméstico son las de 3 ó 5 LEDs), hasta 20. Goodwork te garantiza bombillas de alta densidad y alta durabilidad.

¿QUÉ POTENCIA NECESITO?

Existe un error muy común y es escoger la bombilla por su potencia, cuando en realidad lo que nos interesa es la cantidad de luz que emite. Para hablar de esto tenemos que tener dos conceptos muy claros: qué son lo vatios (W) y qué son los lúmenes (lm). Los vatios nos indican lo que consume la bombilla en términos de electricidad y los lúmenes, la luz que genera esa fuente luminosa, el flujo luminoso. La gran ventaja de las bombillas LED es que nos dan muchos lúmenes a pocos vatios, esto supone ahorros de un 80% en electricidad (cuenta que lo que pagas es la cantidad de vatios consumidos).

En Goodwork tenemos luminarias con una eficiencia energética de hasta 220 lm/w, por lo que se logra un ahorro económico importante optimizanzo la energía en mayor medida que otros productos de la competencia con similares características. Cuando hablamos de eficiencia lumínica o energética nos referimos a la cantidad de luz emitida en relación a la energía consumida. Se mide en lúmenes por vatio (lm/W). Para que sea más fácil de entender pondremos un ejemplo:

  • Una bombilla incandescente de 60W produce 800 lúmenes. Si dividimos 800 entre 60 el resultado es 13 lm/W.
  • Un fluorescente de 20W produce 800 lúmenes. Si dividimos 800 entre 20 el resultado es 40 lm/W. Algo más eficiente que la incandescente.
  • Una bombilla LED de 9W produce 800 lúmenes. Si dividimos 800 entre 8 el resultado es 88 lm/W. El doble de eficiencia que una fluorescente y casi siete veces más eficiente que una incandescente común.

¿QUÉ ÁNGULO DE APERTURA QUIERO?

En Goodwork se utiliza una avanzada y sofisticada tecnología de la óptica en tecnología LED, por lo que con sólo una bombilla puedes llegar a iluminar una estancia. Dependiendo del espacio y su tamaño y del efecto que quieras dar al ambiente a iluminar, debes elegir un ángulo de apertura de la luz u otro. Este parámetro nos orientará a escoger la iluminación adecuada:

  • Un ángulo cerrado (40º) nos dará una iluminación más puntual. Iluminará un espacio menor, pero será más focalizado. Por ejemplo, si deseas iluminar algo en concreto: una mesa en un restaurante, una vitrina en el salón, un cuadro en una galería, etc.
  • Un ángulo más abierto (120º) nos brindará una iluminación más homogenea. Por ejemplo, para iluminar una habitación (de unas dimensiones normales).

¿QUÉ TIPO DE LUZ ME CONVIENE?

Cuando un cuerpo negro es calentado, emite luz de diferente color según la temperatura a la que lo calentemos. Es así cómo se mide la temperatura de color en grados Kelvin, asociando un color a la temperatura a la que debería estar un cuerpo negro para emitir ese mismo color. Es muy importante saber que la temperatura de color asociada a un cuerpo no es su temperatura real.

Las bombillas LED se dividen según su temperatura en 3 tipos y en Goodwork recomendamos el uso de cada color para una aplicación:

  • Blanco frío: 5800K. Luz blanca más intensa, ideal para parkings o trasteros, por ejemplo.
  • Blanco natural: 4500K. Una intensidad media considerada «luz día». Mejora la concentración, la productividad y el rendimiento. Recomendada para despachos y oficinas.
  • Blanco cálido: 3.000K. Una luz más ténue, más tirando a tonos cálidos anaranjados, ideal para salones o habitaciones dónde se busca un amiente más relajado.

¿QUÉ TIPO DE INSTALACIÓN NECESITO?

Hoy en día en nuestros hogares y lugares de trabajo conviven bombillas incandescentes, fluorescentes, halógenos… es muy útil investigar si en estas instalaciones podemos sustituir o reutilizar parte de ella para hacer el cambio a tecnología LED. Hay que tener en cuenta los transformadores, si podemos reutizarlos o nos merece la pena eliminarlos y conectar directamente la bombilla LED a la red y también ten en cuenta que si tienes sistemas dimmables (sistemas que regulan la intensidad de la luz) pueden aprovecharse si son compatibles con las nuevas bombillas.

No lo dudes más y pásate al LED con Goodwork.

La tecnología LED y los ritmos circadianos

Todos tenemos un reloj biológico interno situado en el cerebro, que mantiene el orden de los ritmos de nuestro cuerpo. Los ritmos circadianos (del latín circa, que significa «alrededor de» y dies, que significa «día») describen los patrones de comportamiento que existen en la mayoría de aquellos que habitamos en este planeta. No nos referimos sólo a personas y animales, también podemos encontrar este comportamiento en la mayoría de las plantas y organismos. Sin embargo, el ser humano es la única especie que, ya sea por malos hábitos, o por la necesidad de hacer que todo nuestro mundo siga funcionando, perturba el equilibrio natural del día y la noche.

Un ritmo circadiano es una circunstancia que se repite todos los días, a la misma hora, o sea, que se repite cada 24 horas. Existe una hormona llamada cortisol que empieza a funcionar al amanecer, llega a su punto más alto de activación sobre las 9 a.m. y de ahí comienza un lento descenso hasta alcanzar su nivel mínimo alrededor de las 6 p.m., con la puesta de sol. Y así cada día. La luz diurna favorece la producción de serotonina y dopamina, sustancias que activan la atención y estimulan la actividad; y cuando la luz va decayendo aumenta la producción de melatonina, inductora al sueño. Así que, en resumen, un ritmo circadiano es la necesidad de ir a dormir cuando todo está oscuro y de levantarse para hacer cosas cuando hay luz. Es una respuesta química. Requerimos de iluminación para funcionar, por lo que la oscuridad nos sirve como el tiempo para descansar. Si no se adquiere un hábito firme de dormir todos los días a la misma hora, nuestro ritmo circadiano se irá desplazando y terminaremos desequilibrándonos.

Existen una serie de características comunes a los ritmos circadianos:

  • Son endógenos. Persisten sin la presencia de claves temporales
  • Presentan una oscilación espontánea con un periodo cercano a las 24 horas en condiciones constantes
  • Poseen mecanismos de compensación de temperatura, por lo que ésta, no los modifica prácticamente nada
  • Son susceptibles de sincronizar a los ritmos ambientales que posean un valor de periodo aproximado de 24 horas, como los ciclos de luz y de temperatura
  • El ritmo se desorganiza bajo ciertas condiciones ambientales como luz brillante

Está demostrado que la luminosidad ambiental tiene una clara influencia sobre nuestro ciclo biológico pudiendo causar somnolencia diurna e insomnio nocturno. Un 30% de la población mundial sufre de insomnio crónico y otras patologías físicas, incluso neoplasias, por iluminación inadecuada. La luz azul y la luz blanca de las pantallas de dispositivos informáticos son las que más alteran los patrones de sueño cuando nos exponemos a ellas en las horas en las que deberíamos estar relajándonos. Las lámparas fluorescentes de luz fría por ejemplo, cuya predominancia son los tonos azules y tienen frecuencias de parpadeo de 50Hz, generan estrés, enfermedades cardiacas, aumentan la temperatura, destruyen neuronas e incrementan los dolores de cabeza, las migrañas, la vista cansada, producen trastornos digestivos, irregularidades menstruales… Y el hecho de que seamos tan sensibles a la luz azul tiene que ver con un fotopigmento llamado melanopsina que es especialmente sensible a esta longitud de onda (460-485 nm). A lo largo del día, nuestros ojos no sólo procesan las imágenes que vemos, sino también valores sobre la propia luz, en especial, la cantidad de luz azul presente en el ambiente. Nuestra retina está formada principalmente por conos y bastones, pero también hay otras células que son intrínsecamente fotosensibles ganglionares retinianas (ipRGC). Y son estas células y la glándula pineal, las que nos dicen cuando es el momento de ir a la cama. Una vez que la cantidad de gotas de azul (480 nm) está por debajo de un cierto nivel, la glándula pineal empieza a segregar los niveles de melatonina que corresponden a cada sistema.

Los LED logran que llevemos ritmos circadianos más correctos, sin causar tantos problemas a la hora de dormir. Con los LED se puede adaptar la intensidad y la dominante cromática de la iluminación regulándola con el paso de las horas. Además del sueño, prácticamente todas nuestras funciones metabólicas están influenciadas directa o indirectamente por la presencia o la ausencia de luz. Por eso es súper importante que hagamos un uso correcto de la iluminación, tanto en nuestros hogares y ambientes laborales, como en nuestras ciudades; donde muchas veces no hay ningún tipo de equilibrio o regulación de la luminosidad. En esta sociedad moderna y exigente en la que vivimos, el ciclo natural día-noche se ha alterado por el abuso de luz artificial que puede llegar a crear malestar en nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Y como en Goodwork nos preocupa mucho tu salud, empleamos la mejor tecnología para iluminar y dotar de mayor calidad tus días.

No lo dudes más y pásate al LED con Goodwork.

Imagen: «El sol de medianoche» de Anda Berczky

Los halógenos se apagan

Hoy, 1 de septiembre de 2016, es el día elegido para que las bombillas halógenas pasen a mejor vida. Siguiendo con la normativa europea que promueve la mejora de la eficiencia energética en la unión de cara al año 2020; los halógenos dejarán de comercializarse en el mercado comunitario. Con esto se desea cumplir con el objetivo y el compromiso de apostar por tecnologías cada vez más inteligentes y eficientes, tanto para nosotros, como para el medio ambiente.

La UE ha ido retirando de manera gradual las luminarias consideradas más contaminantes y menos eficientes, como ya sucedió con las bombillas incandescentes que desaparecieron definitivamente en 2012.

La Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (ANFALUM) afirma que, hoy día, las lámparas halógenas, suponen sólo el 10% del total de ventas del sector de la iluminación. A pesar de tener rendimientos mejores que las bombillas tradicionales, los halógenos, siguen estando muy lejos de los resultados de los LED, la más eficiente del mercado, con ahorros de hasta el 80% respecto a otros tipos de iluminación. Esta medida animará al consumidor a dar el paso definitivo a la tecnología LED, capaz de dar mucho mayor rendimiento en términos de calidad, eficiencia, fiabilidad, seguridad, durabilidad y ecología. Ventajas de las que ya te hablamos con anterioridad aquí.

Seguiremos viendo lámparas halógenas en tiendas y comercios hasta que se de salida al stock y estos se agoten (se estima que será dentro de unos seis meses), pero los fabricantes tienen prohibido recibir más pedidos a partir de hoy.

Así que ya sabes, si quieres ahorrar energía y además ser sostenible con el medio ambiente, no lo dudes, pásate al LED con Good Work.

Foto vía OCU